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lunes, 19 de diciembre de 2016

Rossi: “Tenemos la gran oportunidad de recuperar el modo ferroviario para el país”


Quizá nunca se haya estado tan cerca de reactivar el modo ferroviario en Uruguay como en estos días. Aunque la posibilidad haya llegado un poco lateralmente y esté atada a un nuevo emprendimiento privado en materia celulósica, lo cierto es que el tren se abre paso y por estos días sólo se discute quién lo financia y qué trazados utilizará. Con esta realidad acelerando los tiempos y con un plan de infraestructura de 12.000 millones de dólares que precisa de capitales, una delegación encabezada por el presidente Tabaré Vázquez recorrió algunos países europeos buscando oídos y bolsillos receptores. El ministro de Transporte y Obras Públicas recibió a Caras y Caretas para hablar de lo que dejó el raíd europeo, de las posibilidades del tren en Uruguay, de los nuevos proyectos recibidos, de la participación público-privada (PPP) y de la burocracia estatal.

¿Qué balance hace de la gira presidencial por Europa que buscó inversores para el Plan Nacional de Infraestructura?

Fueron días ricos. Creo que se hicieron buenos vínculos para Uruguay: con quienes ya conocen nuestro país y están llevando adelante negocios en Uruguay, y con quienes aspiran a hacer negocios en el futuro y se insertan en la realidad que tenemos hoy. Además, intentamos tejer vínculos que se proyecten en el futuro y trascienden a esta visita y a esta experiencia de gobierno. España siempre va a ser nuestra principal puerta de entrada a Europa y, por obvias razones culturales, también podemos sentirnos parte de este pueblo. Hay que valorar con el respeto que se recibe a nuestro país y no perder de vista que eso sucede a pesar de nuestra capacidad económica, que, por su propio volumen, es muy limitada. Somos un país serio, tenemos compromisos y los cumplimos, y la valoración que se nos tiene, sinceramente, conmueve un poco. En España tuvimos oportunidad de concurrir a la Ciudad Financiera, que es una ciudad del futuro, de otro mundo. Recorrer esos jardines y encontrarse con plantas que ya tienen 1.400 años, olivos que datan de esos tiempos, con troncos monumentales, recorrer esos jardines hermosos, bordeados por un lago a orillas del que se levantan las oficinas de trabajo. En ese mundo de fantasía, ver cómo representantes de empresas de primera línea, presidentes de las empresas que uno ve por televisión, que se muestran muy interesados en escuchar a un presidente y dos de sus ministros, realmente sorprende un poco y nos hace reflexionar. Desde luego que nosotros venimos con empeño a seguir empujando, con mucho optimismo. Pero nos hace reflexionar porque esa gente tiene muchas opciones, tiene la oportunidad de dedicar su tiempo a otras cosas, a lo que realmente les entretiene. Y si dedican una mañana a estar con nosotros, a preguntarnos cosas, es porque realmente les importamos, a pesar de nuestros tamaño, nuestras limitaciones, y a pesar de que lo que les estamos proponiendo no son negocios de gran magnitud para ellos, aunque pueden ser muy importantes para nosotros. Somos un país que tiene un estilo de hacer que incluso trasciende a los gobiernos. Hay formas y formas de hacer las cosas, y, desde luego, yo comparto una forma en la que procuramos ser serios, ordenados, responsables, cumplidores de lo que nos comprometemos. Más allá de las características del gobierno, creo que el país a lo largo de su historia ha mostrado un equilibrio, una forma de ser que vende credibilidad y ofrece confianza. Y eso es un valor que tenemos que aprovechar, para que el país pueda tener oportunidad de concreción de sus proyectos, porque para hacerlo necesitamos apoyo.

¿Cuáles son las oportunidades concretas que se ofrecieron?

No es novedad, porque en realidad no seríamos confiables si lo que decimos en Uruguay fuera muy distinto a lo que venimos a plantear acá. Pero básicamente es un gran abanico de proyectos de inversión, algunos de los cuales han empezado a ponerse en marcha, y otros que necesitamos con cierta urgencia que se pongan en marcha. Sumado a eso, podríamos decir que se trata de los proyectos que suman 12.370 millones de dólares, es decir, el Plan Nacional de Infraestructura, pero eso es tan sólo una formulación. Puede servir o no, puede molestar incluso si se enuncia así, y es muy difícil vender eso. Lo que se vende es un estilo de país, una forma de actuar, se vende la confianza y algunos proyectos en particular. Hemos hablado mucho de los proyectos PPP. Esa es una modalidad posible, pero no es la única línea de financiamiento. En las presentaciones recorremos todas las líneas de financiamiento, pero ¿qué valor tiene esta línea de financiamiento en particular y por qué necesitamos que se perfeccione esta modalidad y que se acelere? Porque precisamos que esta modalidad, perfeccionada, sea un mecanismo para hacer proyectos hoy pero también mañana. Uruguay ha recorrido experiencias en un conjunto de iniciativas, algunas de ellas con respaldo legal, para promover concesiones de obra pública, para promover fideicomisos, para hacer concesiones de obras, y en ese abanico están las PPP, que son un producto de una época, pero que queremos perfeccionar para el presente y el futuro. Además, últimamente, a esos 12.500 millones de dólares se les une una situación que no estaba planeada en ese momento, que es la posibilidad de instalar una tercera planta de procesamiento de pasta de celulosa, la segunda de UPM, que de concretarse va a cambiar el rol de Uruguay en el mercado de celulosa mundial. Pero además exige una inversión de 4.000 millones de dólares para la instalación de la planta, y alrededor de 1.000 millones de dólares en la infraestructura necesaria para que la planta funcione. Y eso no estaba previsto, ni en el programa quinquenal, ni en la perspectiva. Por tanto, a los proyectos que Uruguay tenía pensados hay que agregarles nuevos proyectos y su financiación. Eso implica una gran oportunidad para los uruguayos, que nos puede permitir dar un salto en la calidad de infraestructura que tendremos. Eso vale para las carreteras, donde no nos estamos planteando hacer nuevos tramos de carreteras, es decir, agregar carreteras, sino reconstruir a nuevo viejas carreteras que van a sumar nuevos estándares y se sumará a los planes quinquenales que ya habíamos comunicado y que es muy difícil de alcanzar. Eso es un gran desafío.
La posible nueva inversión de UPM ha colocado el tema del ferrocarril nuevamente sobre la mesa.

¿Cuál es la posibilidad concreta de que se reactiven los trenes?

Creo que hay muchas posibilidades. Es que tenemos la gran oportunidad de recuperar el modo ferroviario para el país. Estos proyectos son los que tenemos que concretar, y no es fácil hacerlo, entre otras cosas, porque hace un tiempo en Uruguay se discutía entre quiénes sabían y quienes no sabían en materia ferroviaria, pero el ferrocarril no arrancaba. En esta oportunidad, se han venido haciendo esfuerzos, pero sobre estos 300 kilómetros que hay que hacer entre Paso de los Toros y el Puerto de Montevideo no hay ninguna discusión. No hay ni un solo uruguayo, ni de antes ni de ahora, que sepa algo sobre este tema, porque no hemos podido hacer ni un metro de vía en esas condiciones. Significa la oportunidad de instalar 300 kilómetros con un estándar internacional importante.

¿El gobierno sólo está pensando en el impulso del transporte de carga?

Sí, en esta oportunidad sí. Porque si hay que dar un paso en la recuperación del ferrocarril es claro que empezaremos por la carga. Sería un ferrocarril con un estándar de calidad de nivel internacional y sería un ferrocarril de carga inicialmente, porque está claro que la recuperación del ferrocarril empieza por la carga.

¿La concreción de este proyecto es la que condiciona la instalación de UPM?

No sé si el término más adecuado es condición. El problema es que esta inversión tan grande se justifica con el objetivo de producir dos millones de toneladas de celulosa anuales. Si ese esfuerzo productivo no lo podés sacar del país, no tiene sentido la inversión. Uruguay tampoco podría justificar este esfuerzo para nada. Entonces, una de las condiciones es que exista la posibilidad de sacar la celulosa, y la celulosa tiene que recorrer un camino que haga posible su salida del país. Si eso no se garantiza de alguna forma, no tiene sentido todo el esfuerzo, ni de la empresa ni de nosotros. El proyecto debe asegurar su concreción para el momento en que la planta empiece a producir la celulosa. Por eso digo que no si el término es condición, porque no está planteada así.

No van en tren

La departamental de Montevideo del Frente Amplio recibió en la noche del lunes a jerarcas y asesores de la Intendencia de Montevideo. Munidos de carpetas, concurrieron el director de Planificación, Jorge Rodríguez; la directora de Planificación Territorial, Ana Rivera; el director de Movilidad Urbana, Pablo Inthamoussu; y el jefe de gabinete, Ramón Méndez. Los jerarcas expusieron la visión de la administración comunal sobre los planes que tiene UPM para trasladar su producción en la nueva planta.

Por lo visto, la administración dirigida por Daniel Martínez considera que el lugar óptimo para sacar la producción de la pastera sería el puerto de Puntas de Sayago, porque un trasiego de trenes por la ciudad “partiría la ciudad en dos”, extremo que a pesar de ser manejado con insistencia por las autoridades es altamente dudoso, ya que décadas atrás los trenes cruzaban las vías dentro de Montevideo con mucha mayor frecuencia que hoy, y la ciudad se construyó con ese esquema funcionando. Además, la urbe capital no parece partida en dos, y, si lo está, no parece ser que esto se deba al tren.

De cualquier manera, las reuniones entre autoridades ministeriales, municipales y del ente ferroviario se suceden. Por el panorama que se va delineando, lo más probable es que se mejore el trazado actual hasta el Puerto de Montevideo, se invierta en su mejoramiento y veamos cruzar trenes por la capital, repletos de vagones y troncos. El proyecto del tren subterráneo y la salida y llegada de material por Puntas de Sayago va camino al archivo.
Interés español

Durante la gira presidencial, el presidente Tabaré Vázquez presentó, junto al ministro de Transporte, Víctor Rossi, y al de Economía y Finanzas, Danilo Astori, el Plan Nacional de Infraestructura, en el que el país pretende invertir más de 12.000 millones de dólares durante este quinquenio. Muchas de las empresas españolas que asistieron a los encuentros que la delegación uruguaya mantuvo en España ya plantearon proyectos concretos para invertir en Uruguay. Consultado por Caras y Caretas, Rossi no quiso adelantar mucho pero confirmó que el interés empresarial es importante. “Los proyectos no deben decirse. En materia de ferrocarril existe mucho interés, pero como no sabemos, debemos asesorarnos muy bien. En materia de carreteras sabemos más, y sí, hay interés. En materia de puertos también, aunque hoy el Puerto de Montevideo podría asegurar la salida de las dos millones de toneladas así como está, o con poca inversión más. De todas formas, para eso tenemos que hacer un esfuerzo de reordenamiento importante”.

Fuente: Caras y Caretas

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